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La noche de Luis…

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Todo estaba casi listo para el sábado. El menú en bases a  lenguado y calamares rellenos, comprometidos cantores y músicos; quine debía acercar las sillas desde la Sociedad  La Siempre Verde y finalmente los que audiovisualmente nos encargaríamos de proyectar durante la cena, videos con la historia del Patio de Tango de Luisito.
Un imponderable, el tiempo, que en los pronósticos no se presentaba auspicioso. Había que4 resolver tender las mesas en el patio jardín o intentarlo en el quincho, lo que obligaba a desdoblar al grupo, ya que algunos de los presentes debería instalarse en el comedor diario adjunto al lugar. Y no dejaba de ser un problema, pero la resistencia a las bajas temperaturas y sobre todo sus posibles consecuencias en la salud, por lo avanzado de la edad de la mayoría de los amigos que iban a estar ese sábado.
Hilando fino, intercambiamos posibilidades con mi amigo el ingeniero Carlos Benitez, sobre el alcance auditivo que tenían los aparatos de proyección. Como llegamos a la conclusión que iba a ser insuficiente, decidimos suspender la proyección de las imágenes prometidas.
Pero el sábado hacia el mediodía, me llama Carlos Benítez, que casi nunca se da por vencido, para decirme que había conseguido un equipo de sonido, para las proyecciones. Un buen rato antes del acontecimiento, llegamos a lo de Luis, Carlos  con la aparatología de proyección y de amplificación de audio  y yo con la notebook donde había cargos los cortos tangueros.
Había que decidir ya el lugar, adentro o afuera y no muy convencidos se optó por realizar el encuentro el coqueto patio de Luis que, bautizamos hace mucho como Patio de Tango.
Colocada la pantalla, hechas las pruebas correspondientes, tendidos los tablones, todo quedó a la espera de los amigos que habían prometido su presencia.
Mientras el chef  Nene Cabeza – guitarrero y cantor – disponía  los platos con su preciado contenido  en bases a frutos de mar  y junto con Horacio Buschiazzo  y algunos otros colaboradores armaban los tablones y colocaban las sillas, el sol se iba perdiendo entre la arboleda del fondo del patio.
Había llegado la gran noche para Luisito.
Un rato más tarde después de la nueve de la noche, fuimos llegando con mi señora Ángela y ya se encontraba la embajada de Punta Alta, del Círculo Gomías y Gotán,  encabezada por Héctor José Patrignani, la señora Olga Gil y el señor Ronaldo Schoo, junto a otros integrantes del grupo. De apoco se fueron agregando el cantor Rubén “Cacho” Vallejos y el bandoneón de Alberto Haedo, José Valle y Gaby – La voz sensual del tango – y entre otros la señora Juana Dodero de Crudeli, “La Negra”, es decir la viuda del cantor Roberto Achával.
Mientras en la pantalla iban desfilando  los recuerdos de Tulio, que fue el rey de las cantinas  guaitenses, el ya nombrado Francisco Cabeza, Emilio “Miyiya” Cesarone, Roberto Floris, César Castro, Aníbal Vitali, y un documental, donde se recorre la cultura de este puerto  a través del poeta y escritor Jorge Boccanera, de su padre, Roberto, aun con ochenta y pico largo, pero que aun despunta el vicio de  cantar tangos como  Roberto del Mar, del cantor gardeliano Antonio Campos, del ya citado Tulio en sus últimos tiempos de las cantinitas whitenses  y de otras personalidades de nuestro medio, se largó el primer plato “Mouse  imperial “ (de lenguado con langostiuos) y en una noche preciosa comenzó la tenida. Luego siguió el abundante plato central, “Calamares rellenos” y para unos pocos que no apetecían del pescado, “Pollo a la parrilla” y/o “Tallarines, con el tuco de los calamares. Un helado para bajar tanta comida coincidió con el fin de algunos cortos donde se exhibieron detalle del Monumento a Gardel erigido en Punta Alta, seguramente el más alto del mundo e imágenes de Carlos Gardel, acompañando su voz incomparable.
Ya el cantor Rubén “Cacho” Vallejos  empezó su interesante repertorio tanguero con la mejor selección de títulos, excelentemente secundado en fuelle por Alberto Haedo.
El chef  Nené Cabeza  dejó el atuendo blanco y la espumadera y empuñó la guitarra y con su armoniosa voz entonó  “Almagro”, “Recuerdo malevo”, para traernos un tango inédito de Gardel, que no pudo interpretar porque la desgracia de Medellín, le impidió completar la música a los sentidos versos de Alfredo Le Pera. El hermano de este poeta, José Le Pera completó la parte poética y Terig Tucci, pareció inspirarse en Gardel para aportarle la parte musical faltante, según la modalidad traducida en logos musicales de sus melodías. El tango es “Recordando” y fue cantado por Ignacio Corsini con el acompañamiento de la orquesta de Terig Tucci.
RECORDANDO
La llama alienta en la chimenea
Y el crepitar de leñas encendidas,
Hoy me atormentan como llagas de fuego
Reabren en mi alma hondas heridas.
La llama loca, corre y piruetea
Y en el delirio de la noche oscura,
Reviven años de intensa amargura
Que tristes me acompañan en mi soledad.
Crepitan las leñas, revive el pasado
Del fondo del tiempo como una visión,
Y me trae el viejo perfume añorado
De la que fue un día mi sola ilusión.
Crujen las leñas, la llama agoniza
Mis manos persiguen aquella visión,
En vano se alargan, no hay más que cenizas
Ceniza en las leñas y en mi corazón.
Llevé las estrellas de tus claros ojos
Diáfana luz de sempiterna andanza,
Que allá en la ruta de mis años mozos
Fue mi suspiro, fue mi esperanza.
Ahora mi senda llena está de abrojos
Mi vida mustia ya no tiene llantos,
Y el corazón zozobra de quebrantos
Al verme avergonzado de mi ingratitud.
Letra : Alfredo Le Pera y José Le Pera
Música : Carlos Gardel y Terig Tucci
Luego el cantor Spina de Punta Alta, completó la ronda de cantores con ajustadas versiones de un repertorio cercano a Héctor Varela
Por último , hubo un emotivo acto donde se entregaron recordatorios  de los gardelianos Benítez y Cabeza a quien está impulsando al tango, en Bahía Blanca, José Valle,  tal vez tomando la posta dejada, hace años por la partida física de don Hugo Marozzi y el fin de la Peña 2×4 “Juan Carlos Cobián”; con una estatuilla esférica con la imagen de Gardel en vidrio con luces rítmicas y finalmente al dueño de casa, Luis Carbonara,  luchador incansable para que nuestro pueblo no olvide a sus glorias en todas las manifestaciones culturales,  le entregaroncon un diploma y y una bandeja espectacular con el logo de El Grupo Gomías y Gotán.
La noche tuvo el mejor cierre con la participación exquisita de Gaby “La voz sensual del Tango” quien como excelente profesional nos deleitó con sus canciones, sobre pistas grabadas pero sin micrófono. No obstante nos demostró su calidad y cantidad de  recursos técnicos y vocales capaces de suplir la tecnología.
La despedida de la ya madrugada del domingo se hizo interminable, ya que nadie quería que ese encuentro tan evocador y emotivo, desapareciera como la luna tras las tímidas nubes de esa noche maravillosa.

Todo estaba casi listo para el sábado. El menú en base a  lenguado y calamares rellenos,

comprometidos cantores y músicos; quien debía acercar las sillas desde la Sociedad  La Siempre Verde y finalmente los que audiovisualmente nos encargaríamos de proyectar durante la cena, videos con la historia del Patio de Tango de Luisito.

Un imponderable, el tiempo, que en los pronósticos no se presentaba auspicioso. Había que4 resolver tender las mesas en el patio jardín o intentarlo en el quincho, lo que obligaba a desdoblar al grupo, ya que algunos de los presentes debería instalarse en el comedor diario adjunto al lugar. Y no dejaba de ser un problema, pero la resistencia a las bajas temperaturas y sobre todo sus posibles consecuencias en la salud, por lo avanzado de la edad de la mayoría de los amigos que iban a estar ese sábado.

Hilando fino, intercambiamos posibilidades con mi amigo el ingeniero Carlos Benitez, sobre el alcance auditivo que tenían los aparatos de proyección. Como llegamos a la conclusión que iba a ser insuficiente, decidimos suspender la proyección de las imágenes prometidas.

Pero el sábado hacia el mediodía, me llama Carlos Benítez, que casi nunca se da por vencido, para decirme que había conseguido un equipo de sonido, para las proyecciones. Un buen rato antes del acontecimiento, llegamos a lo de Luis, Carlos  con la aparatología de proyección y de amplificación de audio  y yo con la notebook donde había cargos los cortos tangueros.

Había que decidir ya el lugar, adentro o afuera y no muy convencidos se optó por realizar el encuentro el coqueto patio de Luis que, bautizamos hace mucho como Patio de Tango.

Colocada la pantalla, hechas las pruebas correspondientes, tendidos los tablones, todo quedó a la espera de los amigos que habían prometido su presencia.

Mientras el chef  Nene Cabeza – guitarrero y cantor – disponía  los platos con su preciado contenido  en bases a frutos de mar  y junto con Horacio Buschiazzo  y algunos otros colaboradores armaban los tablones y colocaban las sillas, el sol se iba perdiendo entre la arboleda del fondo del patio.

Había llegado la gran noche para Luisito.

Un rato más tarde después de la nueve de la noche, fuimos llegando con mi señora Ángela y ya se encontraba la embajada de Punta Alta, del Círculo Gomías y Gotán,  encabezada por Héctor José Patrignani, la señora Olga Gil y el señor Ronaldo Schoo, junto a otros integrantes del grupo. De apoco se fueron agregando el cantor Rubén “Cacho” Vallejos y el bandoneón de Alberto Haedo, José Valle y Gaby – La voz sensual del tango – y entre otros la señora Juana Dodero de Crudeli, “La Negra”, es decir la viuda del cantor Roberto Achával.

Mientras en la pantalla iban desfilando  los recuerdos de Tulio, que fue el rey de las cantinas  guaitenses, el ya nombrado Francisco Cabeza, Emilio “Miyiya” Cesarone, Roberto Floris, César Castro, Aníbal Vitali, y un documental, donde se recorre la cultura de este puerto  a través del poeta y escritor Jorge Boccanera, de su padre, Roberto, aun con ochenta y pico largo, pero que aun despunta el vicio de  cantar tangos como  Roberto del Mar, del cantor gardeliano Antonio Campos, del ya citado Tulio en sus últimos tiempos de las cantinitas whitenses  y de otras personalidades de nuestro medio, se largó el primer plato “Mouse  imperial “ (de lenguado con langostiuos) y en una noche preciosa comenzó la tenida. Luego siguió el abundante plato central, “Calamares rellenos” y para unos pocos que no apetecían del pescado, “Pollo a la parrilla” y/o “Tallarines, con el tuco de los calamares. Un helado para bajar tanta comida coincidió con el fin de algunos cortos donde se exhibieron detalle del Monumento a Gardel erigido en Punta Alta, seguramente el más alto del mundo e imágenes de Carlos Gardel, acompañando su voz incomparable.

Ya el cantor Rubén “Cacho” Vallejos  empezó su interesante repertorio tanguero con la mejor selección de títulos, excelentemente secundado en fuelle por Alberto Haedo.

El chef  Nené Cabeza  dejó el atuendo blanco y la espumadera y empuñó la guitarra y con su armoniosa voz entonó  “Almagro”, “Recuerdo malevo”, para traernos un tango inédito de Gardel, que no pudo interpretar porque la desgracia de Medellín, le impidió completar la música a los sentidos versos de Alfredo Le Pera. El hermano de este poeta, José Le Pera completó la parte poética y Terig Tucci, pareció inspirarse en Gardel para aportarle la parte musical faltante, según la modalidad traducida en logos musicales de sus melodías. El tango es “Recordando” y fue cantado por Agustín Irusta con el acompañamiento de la orquesta de Terig Tucci.

RECORDANDO

La llama alienta en la chimenea

Y el crepitar de leñas encendidas,

Hoy me atormentan como llagas de fuego

Reabren en mi alma hondas heridas.

La llama loca, corre y piruetea

Y en el delirio de la noche oscura,

Reviven años de intensa amargura

Que tristes me acompañan en mi soledad.

Crepitan las leñas, revive el pasado

Del fondo del tiempo como una visión,

Y me trae el viejo perfume añorado

De la que fue un día mi sola ilusión.

Crujen las leñas, la llama agoniza

Mis manos persiguen aquella visión,

En vano se alargan, no hay más que cenizas

Ceniza en las leñas y en mi corazón.

Llevé las estrellas de tus claros ojos

Diáfana luz de sempiterna andanza,

Que allá en la ruta de mis años mozos

Fue mi suspiro, fue mi esperanza.

Ahora mi senda llena está de abrojos

Mi vida mustia ya no tiene llantos,

Y el corazón zozobra de quebrantos

Al verme avergonzado de mi ingratitud.

Letra : Alfredo Le Pera y José Le Pera

Música : Carlos Gardel y Terig Tucci

Luego el cantor Eduardo Spina de Punta Alta, completó la ronda de cantores con ajustadas versiones de un repertorio cercano a Héctor Varela

Por último , hubo un emotivo acto donde se entregaron recordatorios  de los gardelianos Benítez y Cabeza a quien está impulsando al tango, en Bahía Blanca, José Valle,  tal vez tomando la posta dejada, hace años por la partida física de don Hugo Marozzi y el fin de la Peña 2×4 “Juan Carlos Cobián”; con una estatuilla esférica con la imagen de Gardel en vidrio con luces rítmicas y finalmente al dueño de casa, Luis Carbonara,  luchador incansable para que nuestro pueblo no olvide a sus glorias en todas las manifestaciones culturales,  le entregaron un diploma  y una bandeja espectacular con el logo del Grupo Gomías y Gotán.

La noche tuvo el mejor cierre con la participación exquisita de Gaby “La voz sensual del Tango” quien como excelente profesional nos deleitó con sus canciones, sobre pistas grabadas pero sin micrófono. No obstante nos demostró su calidad y cantidad de  recursos técnicos y vocales capaces de suplir la tecnología.

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